El enólogo Francisco Baettig selecciona meticulosamente la uva de dos parcelas específicas del viñedo Los Suizos en Traiguén. Estas cepas de secano prosperan en una compleja matriz de suelos, mezclando las características de terrenos más y menos fértiles, lo que aporta profundidad y carácter. La vinificación comienza con un prensado a racimo completo, seguido de una crianza de un año en barricas de roble de 400 litros, de las cuales un cuarto son nuevas. La cosecha de esta añada fue particularmente fría y lluviosa, obligando a retrasar la vendimia al menos dos semanas con respecto a la fecha habitual. Este desafío climático fue clave para obtener una madurez excepcional y un perfil de acidez distintivo. Ofrece una exuberancia frutal que se entrelaza con marcados tonos minerales y sutiles toques a hierbas frescas. En boca, sorprende con un cuerpo amplio y una estructura que recuerda al peso y la seriedad de un gran tinto. Su textura es firme, con una fuerza casi tánica, lo que le confiere una presencia notable. La acidez es vibrante, tensa y cristalina, evocando la frescura de una limonada. Es el hilo conductor que lo hace profundo y persistente. Es un vino lleno de capas (frutales, minerales y herbales). Este blanco, con su complejidad y estructura, es perfecto para ser disfrutado ahora —especialmente maridado con erizos de mar— o para ser guardado en cava por al menos cinco años, revelando aún más matices.
Comentario del Sommelier
"Francisco Baettig, enólogo de Viña Errázuriz desde 2003, lanza su proyecto personal centrado exclusivamente en un viñedo singular: Los Suizos. Este viñedo, plantado en 2013 y de unas 15 hectáreas, está ubicado en la zona de Traiguén. Su terroir es excepcional: se asienta sobre un suelo de origen volcánico en un valle a 600 kilómetros al sur de Santiago, específicamente en las laderas orientales de la cordillera de Nahuelbuta. El proyecto se enfoca actualmente en las variedades plantadas en Los Suizos: Chardonnay y Pinot Noir,"
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