Aunque Sebastián Labbé viene produciendo Casa Real Reserva Especial desde 2014 (ese año solo lo embotelló), el primero de su real autoría es 2017, cuando venía arribando a la bodega y tuvo que definir el momento de cosecha de estas uvas de cabernet sauvignon que esta versión viene de los cuarteles más viejos de la propiedad de Santa Rita en Alto Jahuel: Carneros, plantado hacia comienzos de los 80, y Población, hacia comienzos de los años 80, todo sobre suelos aluviales. De acuerdo a Labbé, Carneros es el que da la estructura, "es el que arma el blend", dice, mientras que Población aporta la fruta, la jugosidad. Se sienten los aromas frutales, pero este año aparece una capa fresca de aromas herbales y también mentolados que conectan a este vino con la tradición de cabernet andino en el Maipo. La boca tiene una buena carga, un buen cuerpo, pero a la vez taninos muy suaves y finos que se despliegan por la boca con gracia. Un Casa Real lleno de fruta, pero también con un fuerte sentido de pertenencia, de lugar.