Gonzalo Guzman - Alba de Andes, 2024

Este Albariño desafía lo convencional: fermentado meticulosamente con sus propias pieles, ha permanecido en crianza junto a ellas durante seis meses. El resultado es un vino que se acerca a la esencia de un vino naranjo (orange wine), ofreciendo una experiencia sensorial cautivadora. Despliega unos encantadores y complejos aromas donde se entrelazan la delicadeza de las flores blancas con la rica dulzura de la fruta blanca confitada. Posee un cuerpo potente y con carácter. La textura es singular, con unos taninos marcados y vibrantesque tapizan el paladar. Esta estructura se equilibra magistralmente con una acidez punzante que hace crujir la boca de un frescor inolvidable. Una expresión intensa y profunda del Albariño, ideal para quienes buscan vinos con textura, nervio y una personalidad audaz.