Presenta un color amarillo verdoso pálido, muy brillante y limpio, que sugiere su juventud y frescura. La lágrima es fluida y de densidad media, lo que indica un cuerpo equilibrado.

Los aromas son muy expresivos y directos. Destacan las notas de frutas blancas como la pera, el melón y el durazno blanco. Se perciben también notas cítricas, como pomelo y limón. La influencia mineral es evidente, con toques que recuerdan a piedra húmeda o tiza. La ausencia de crianza en madera permite que la uva se exprese plenamente, resultando en un perfil aromático fresco, vibrante y muy varietal.

El ataque es súper fresco y vibrante, con una acidez nerviosa y vivaz que despierta el paladar. El cuerpo es medio, pero la acidez lo mantiene ágil y refrescante. Las notas frutales y minerales percibidas en nariz se confirman en boca. El paso por huevos de concreto sobre lías le aporta una ligera cremosidad y una textura interesante que redondea el vino. El final es largo y refrescante, dejando una sensación de limpieza y mineralidad en la boca.

Este Sauvignon Blanc, por su frescura y nervio, es un compañero ideal para una variedad de platos. Algunas sugerencias de maridaje incluyen mariscos frescos, como ostras, langostinos, camarones al ajillo o pulpo a la parrilla, pescados blancos a la plancha o al vapor, platos vegetarianos como tortilla de acelga, calabacines rellenos o quiche de salmón, ensaladas frescas con aderezos cítricos o quesos blancos o de cabra.